
Claramente Andy Murray(4º) fue un espectador de lujo. Aunque el resultado arroje un 7-6(3) y 6-3, la diferencia dentro del court fue mayor, ya que David manejó los tiempos y acciones de juego en todo momento. Cuando su mente, juego y físico se encuentran equilibrados, no hay rival alguno que pueda doblegarlo.
Su próximo oponente en las semifinales del Masters Series de Paris será el frio y especulativo Nikolay Davydenko, quien por momentos parece ser un frontón. Pero no podrá quedarse con eso solo. Deberá y estará obligado a salir a proponer algó más si desea llegar a lo más alto del certamen, ya que sino su estadia por las tierras parisinas habrá encontrado la puerta de salida, la cual no tiene retorno alguno.
Sin lugar a dudas, las chances de alzarnos con la tan ansiada ensaladera de plata - por primera vez en nuestra historia-, se han incrementado enormemente, porque con un jugador de esta magnitud todo es más simple y fácil de creer.