jueves, 26 de mayo de 2011

Duelo de titanes

Si uno se remonta a la historia romana. Uno de los relatos más frecuentes, están relacionados con las grandes peleas en el coliseo romano entre los gladiadores. Tranquilamente podríamos trazar un paralelismo con nuestro presente tenístico en Roland Garros.
La Philippe Chatrier, escenario de grandes batallas, será testigo de una nueva contienda entre el "invensible" Novak Djokovic y "la torre de Tandil" Juan Martín Del Potro. De un lado, se encuentra el gladiador serbio que no ha conocido la derrota en 39 disputas. Convirtiéndose en el hombre más temible por sus adversarios. Se ha encargado de destronar al rey del polvo, Rafael Nadal, en Roma y Madrid, ante su público.
Por otro lado, llega con su raqueta acuesta el hombre que va en busca de destronar al rey de la temporada. Uno de los pocos que cuenta con las herramientas necesarias. Un joven de andar tranquilo, bonachón, pero que a la hora de salir a la cancha se convierte en tu peor pesadilla.
Un Djokovic sin fisuras en su juego. Sólido con sus golpes de fondo. Un saque que se ha convertido en un arma crucial a la hora de los cotejos. Un amor propio que le ha permitido sacar adelante situaciones adversas, en diferentes match, son algunas de las armas con las que cuenta el europeo.
Por su parte, el hombre oriundo de la Argentina, ira en busca del gran golpe. Del Potro tendrá que recurrir a sus mejores armas para poder derrotar a Djokovic. Su juego tendrá que ser tan sólido como una roca. La consistencia será una las claves para dar la sorpresa en Paris. ¿Y por qué uno dice esto? Es simple. Si logra mantener un gran porcentaje de primeros saques, los puntos se simplificaran, ya que "nole" deberá jugar detrás de la linea de base y perderá la iniciativa del punto. Esto no sólo le dará confianza al tandilense para explotar sus herramientas tenísticas, sino que lo mantendrá vivo en el marcador, una fuente motivacional permanente. Deberá aprovechar, en gran proporción, la devolución de segundos saques para lastimar al serbio y lograr generar las aperturas necesarias. Jugando bolas pesadas al fondo o puntos cortos de tres o cuatros golpes, sin darle ritmo.
El escenario está listo. Los gladiadores están al acecho. El público se relame ante está contienda. París respira y late al ritmo de estos dos hombres. Las cartas están echadas. Solo resta que llegué la hora y el show comience.


Foto: Gentileza de www.daylife.com

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